Nos empeñamos en ir a buscar el hielo hasta el mismísimo infierno…esta
frase tan lapidaria bien podría ser el título de cualquier página dedicada a
escalar lógicamente en hielo, pero no, es una cruda realidad, este invierno está
siendo demoledor, las temperaturas cayendo en picado y poca lluvia lo que hace
que tengamos que coger la mochila en plan “Labordeta” y recorrer medio país para
disfrutar pinchando un poco de ese oro helado que tan ansiosamente perseguimos,
ni que del Santo Grial se tratase.
Esta vez, tras hablar con los guías de montaña de la zona,
vía teléfono y tras el beneplácito de uno de ellos en favor de la posibilidad
de encontrar algo de hielo en las cercanías de la presa de “Cavallers”, ni
cortos ni perezosos, madrugón al canto el trio calavera, José, Jordi y yo, para
en tres horas y media plantarnos en el punto.
La duda nos asalta, pues la constancia de lo evidente, nos
abofetea cual colegiala enfadada, ¡Hemos llegado demasiado pronto y todo está
cerrado! ¿Alguien ha traído bocadillo?.....la respuesta era obvia, ¡No!, pues
todos albergábamos en mente saborear de un plato calentito o en su
defecto un recio bocata en las proximidades, pero en “Barruera”, negativo, así que para “Taüll”, con la suerte de a las afueras encontrar un lugar con estufita calentita y gente amable que nos preparó un desayuno que no comida estupenda, en contra de lo que más de “una” pudiera pensar e inclusive “Boicotear”.
defecto un recio bocata en las proximidades, pero en “Barruera”, negativo, así que para “Taüll”, con la suerte de a las afueras encontrar un lugar con estufita calentita y gente amable que nos preparó un desayuno que no comida estupenda, en contra de lo que más de “una” pudiera pensar e inclusive “Boicotear”.
Bueno pues ya con el buche lleno y contentos, ale… para la
presa.
Y ¡Puff! en toda la boca. La dichosa cadenita barrándonos el
paso a la presa.
Madre mía que se nos complica el día, la cantera está en el
quinto
pino, sin raquetas y en el cartel de prohibición indica que aprox. 4 km hasta llegar.
pino, sin raquetas y en el cartel de prohibición indica que aprox. 4 km hasta llegar.
Efectivamente la carretera llena de nieve y hielo en el
suelo porque lo que es en las rocas circundantes “Na “ de “Na”, "mira que si nos pegamos la
pateada y luego nos venimos con un fiasco porque lo poco que hubiera se ha caído".
Bueno tras unos momentos de reflexión y porque no decirlo de
tira y afloja optamos por tirar a la aventura.
En aproximadamente 40 minutos estamos en el sector, “Roques
negres” y tal y como indica su nombre son negras y no blancas que es lo que
todos ansiábamos, un rápido vistazo en la lejanía y nada a la vista…
continuamos caminando.
A los 10 minutos se nos abre mejor la visión del barranco de "Comalesbienes" y mirando en la lontananza alcanzamos a distinguir una
inconfundible figura de una cascada
formada.
¡Estamos salvados!....vale si estoy exagerando un poquito
pero la verdad es que no era para menos pues el tute de coche, madrugón y demás
nos tenía un tanto irritados y esta visión hizo por un momento que nuestras
ilusiones del día se pudieran realizar.
Aunque mucha fiesta no teníamos que montar, pues nos quedaba
un ratito hasta llegar a ellas, en total más bien unas 2 horas y media desde
que abandonáramos la comodidad de los asientos de piel del coche de Jordi. Pues
la nieve poco transformada debido a las altas temperaturas y la que haya podido
caer estos días pasados nos hicieron hundirnos hasta la rodilla en múltiples
ocasiones así que el ascenso una tortura…pero llegamos, que es lo que cuenta.
Os cuento…
Tras abandonar la carretera de ascenso a la presa, craso error,
pues tenía menos nivel de nieve, cruzamos un puente de madera y enfilamos
torrentera arriba siguiendo huellas hasta en lazar no sin esfuerzo con una
pista que pasa a tocar las aguas que bajan, desde aquí la seguimos a la
izquierda hasta ver una curva a la derecha
antes de la señal de prohibido que vemos a lo lejos y ya en zig-zags
ascendentes no la dejamos hasta llegar sin género de dudas.
En este sector, podemos identificar dos cascadaas evidentes
que están habitualmente formadas, una de ellas la de más a la derecha está
totalmente sin formar y en su lugar una cascada de agua corre por la pared, la
de enfrente o más a la izquierda de esta es la que íbamos buscando, “Amigos de
lo Ajeno” de unos 30-40 metros según empieces para salvar un pequeño resaltillo
de hielo previo, y de dificultad WI 3+.
La cascada estaba escalable y aunque no lo estuviera algo íbamos
a hacer no?.. aunque corría mucha agua por debajo y el hielo estaba muy flojo y
se desmontaba según picábamos alguna “Medusa”.
Pero daba igual, José de forma voluntaria decide ir de
primero y acomete la escalada por la derecha un tanto más fácil que la izquierda
más vertical.
Coloca tornillos y progresa con la seguridad de un
funambulista, hasta alcanzar la parte superior del resalte para ir a buscar la
parte de la izquierda de la roca donde se encuentran dos Parabolts con Maillón
formando reunión.
Los demás probamos de segundo y una vez completado el ciclo,
volvemos nuevamente a darle varios pegues esta vez por la zona más tiesa que
sorprendentemente se deja escalar mejor, hasta que nuestros brazos se quedan
sin fuerzas y decidimos volver.
El día amaneció con lago de nube alta y parcialmente gris,
pero poco a poco ha ido dando un giro y ahora nos da hasta el sol, que
seguramente hacen que los 4º centígrados de esta mañana se multipliquen por 10 haciendo
que nuestro efímero escenario de pruebas se vaya fundiendo de una forma gradual.
A la baja elegimos mejor, nuevamente el hundimiento y el
paso ralentizado si cabo aún peor, pero al llegar a la altura de la presa
tomamos la carretera que pasa junto a una caseta y desde aquí la cosa mejora
haciendo que vayamos más o menos como subimos retornando en algo menos de
tiempo.
En total una aventura complaciente que nos ha hecho
disfrutar a los tres saboreando algo que este invierno parece difícil de
mantener “Escalar Hielo”.
El próximo finde más y esperamos que mejor…jajajaa.
Saludos.
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