FAUNA NOCTURNA DEL DELTA DEL LLOBREGAT(II).

En el año 1973 el "Cangrejo de río Americano" (Procambarus clarkii), originario del Golfo de México, logró introducirse de forma accidental en el territorio Español, más concretamente en la cuenca del Guadalquivir, tras escaparse varios ejemplares de unas instalaciones donde se criaban con el fin de abastecer a la industria alimentaria.
Poco a poco, su población fue creciendo de forma exponencial, ampliando su área de influencia a la totalidad del territorio, debido en parte al uso de estos ejemplares como cebo en artes de pesca, ganando terreno hasta la actualidad, donde es considerado como una especie invasora, estando incluido en el "Real Decreto 1628/2011", habiendo desplazado al "Cangrejo de río Ibérico"( Austropotamobius pallipes), a regentar los cursos altos de ríos de montaña donde las aguas frías y la inaccesibilidad hacen que puedan sobrevivir, ya que la mera coexistencia de ambas especies en un mismo ecosistema se hace imposible, pues el Cangrejo Americano es poseedor de un hongo que causa la "Afanomicosis", o "Peste del cangrejo", matando al autóctono.
Este Cangrejo foráneo posee un color rojo más notable que el autóctono que es de tonalidad marronosa, su alimentación es omnívora, pudiendo ingerir tanto vegetales como a otros animales e incluso carroñas, principalmente insectos, pequeños anélidos, larvas de renacuajo, renacuajos, etc…
Se le considera un especie dañina para el medio dada su especial habilidad en labrar túneles y excavar, principalmente en parterres destinados al cultivo de arroz.
Tiene una especial capacidad para soportar tiempos de sequia e inclusive puede subsistir en aguas con un índice de salinidad mayor.
Debido a su alimentación, puede ser uno de las principales detonantes, que acelere la desaparición o reducción de las colonias de anfibios de la zona donde se hallen presentes.
En la actualidad lo podemos encontrar, incluso en los parques urbanos donde existan estanques ya que como ejemplo en Barcelona, el presente año se les plantea el problema de tener que vaciarlos en su totalidad para realizar la pertinente limpieza.
Aunque si bien es cierto que dada su basta colonización, cada día hay más gente que decide recolectarlos para consumo propio, pues aunque gastronómicamente no mejoran al autóctono en sabor (prohibido, especie en peligro de extinción) son un plato que sabiamente cocinado pueden deleitar al paladar más exigente, eso si, con la precaución de "caparlos" previamente y la virtud de confeccionar una sabrosa salsa para condimentarlos.
Tal vez sea, una de las soluciones al problema….
En contrapartida, en los mismos cursos fluviales hallamos también la presencia de babosas y sobretodo Sanguijuelas (Hirudo medicinalis), que con hábitos nocturnos se alimenta de la sangre de vertebrados o bien ingiere pequeñas larvas o incluso anélidos como ellas, de tamaño medio, lo que denota por otro lado el grado de poca contaminación química de estas aguas.
Atrás queda en la memoria colectiva de pueblos que colindan con el río Llobregat el que sus márgenes eran hábitat en grandes colonias de esta especie, demostrando tal y como comento el bajo nivel de contaminantes que predominaba por aquel entonces en esas aguas, posteriormente como pasó en muchos puntos de la geografía Catalana, la industrialización y el poco control de los vertidos que se producían en ella, que eran volcados de forma descontrolada al río fueron mermando hasta prácticamente hacer que desapareciesen.
Suerte de que la medicina encontró en ellas un recurso más que viable pues su saliva contiene propiedades anticoagulantes así como otras substancias que podían ser utilizadas para el desarrollo de fármacos destinados a los enfermos de dolencias cardiacas, entre otros, amen del uso en tiempos pasados(Antigua Grecia), que se les daba por su capacidad de absorber la sangre de los enfermos y de esta forma poder aliviar su enfermedad purgándola.
Es una buena noticia, por tanto que a día de hoy continúe en aumento esta población, en el futuro ya veremos…
Saludos.