Fue descubierta accidentalmente, en 1984 cuando los trabajos de construcción de la AP-7, dejaron a la vista un corte en la roca donde varias bocas daban paso a una rampa descendente con unos 30 grados de inclinación que hacia imaginar que podía haberse encontrado una cavidad con muchas expectativas. No tardaron diversos espeleólogos de la zona entre los que destacan Miguel Guerrero y José Lull en recorrer este sinfín de galerías, encontrando en su interior verdaderas maravillas de la naturaleza, entre las que destacan afloramientos de Aragonito en forma de coral de tamaño considerable que adornan varias salas de la misma. Dado la complejidad de su deambular perdedor por su interior estos dos espeleólogos, decidieron realizar una completa topografía de lo que se lleva inspeccionado, reflejando un meticuloso y arduo trabajo fruto de muchas horas de prospección en su interior. Actualmente está topografía que se puede encontrar en la Web con una resolución aproximada de 600x480 es la herramienta clave y pilar básico si se quiere visitar su interior.
Además de portar otras herramientas como son el uso de una brújula y en nuestro caso Post-it de colores que fuimos dejando en puntos clave para posteriormente retornar rápidamente y de forma segura retirándolos, sin dejar rastro alguno. La cavidad se encuentra tal y como su nombre indica pegada a la autopista AP-7, concretamente en un talud de la misma, necesitando de un permiso de la empresa concesionaria que es "Aumar" del grupo "Abertis" para poder acceder. Para llegar hasta su boca si partimos del entorno de Barcelona nos quedará por recorrer aproximadamente 425 kilómetros, lo que no tardaremos en cubrirlos por tiempo inferior a 4 horas y 30 minutos. Saldremos en busca de la C-32 para conectar con la AP-7/E-15 dirección Tarragona-Valencia que ya no dejaremos hasta pasado Gandía, utilizando la salida 60 de dicha autopista y conectando con la N-332 y luego con la CV-686 entrando en el polígono industrial del Real adjunto al cementerio de Benipeix, donde tenemos que llegar como punto de referencia, desde aquí solo tenemos que ir ascendiendo por las empinadas calles de la urbanización hasta llegar a la parte alta, habiendo pasado por "Villa Rosita" y finalizando en una rotonda sin salida donde de frente tenemos un muro de una finca y a nuestra izquierda tal y como llegamos una casa medio en obras donde unos perros nos dan la bienvenida con sus ladridos. Aparcaremos en un margen herboso encarando nuevamente la calle de bajada y una vez ya equipados, buscaremos al lado de esta casa a medio construir una senda que primeramente circula sobre bloques de piedra calcárea, para ir descendiendo gradualmente y con tendencia a la derecha en diagonal llegar a un paso (puente) por debajo de la autopista que nos hace cruzarla y estando en un bosque viramos a la derecha buscando senda fresada unos cientos de metros para desviarnos nuevamente más todavía a nuestra derecha, para buscar el acceso más cómodo a la valla metálica que delimita el acceso al tramo de talud comprendido entre el quitamiedos de la autopista y esta valla, veremos que hay un árbol que estando caído sobre un tramo de esta valla nos hace pasar fácilmente, ahora solo nos queda ir caminando a la izquierda por el borde, pegados al quitamiedos, sorteando la infinidad de residuos lanzados a esta zona desde la carretera y al poco de caminar ya veremos las múltiples entradas, accediendo por la más fácil de estas.
Una vez dentro, los primeros momentos no son de mucha alegría pues esta toda la roca cubierta de un polvo terroso, que al más mínimo contacto crea una nube en suspensión que nos dificulta el respirar. Progresamos observando en el techo marcas verdes de puntos y flechas y poco a poco vamos bajando observando que sin pericia esta cavidad puede convertirse en una trampa, pues hay infinidad de ramales y oquedades que nos pueden confundir así que antes de acceder tomar la determinación adecuada y ser conscientes de la repercusión de vuestras acciones pues no es la primera vez que los equipos de emergencia tienen que auxiliar a algún grupo extraviado en su interior durante unas largas horas.
Dada la complejidad de este circuito me resulta difícil describiros nuestro deambular pero como orientación y referencia decir que nuestra idea era ir primeramente a visitar en el sector Oeste, "el Jardí" y la "Sala Blanca" donde el aragonito era más presente y si nos quedaba fuerza y ganas de vuelta, desviarnos para visitar la "Sala de les Mil Maravilles" en el sector Este. Teníamos claro que no iríamos por la "Galeria de la Polseguera" y que seguiríamos la galería principal hasta la "Sala P 50", empleando hasta este punto aproximadamente 1 hora y 30 minutos, donde no dejamos de arrastrarnos, sortear estrecheces, salvar desgrimpadas y ascender pequeños resaltes dejándonos las rodillas, codos y lumbares destrozados. Al final de esta sala iniciamos una pequeña grimpada que nos lleva a pasar por galerías que nos dejan en un rincón bellamente decorado con Excéntricas, Estalactitas y Estalagmitas y donde unos pasos estrechos en descenso nos llevan hasta lo que se conoce como la "conexión con el Sector Oeste", abandonando a derecha una serie de marcas que nos llevarían a la "Sala de les Mil Maravilles" que como digo teníamos intención de visitar a posteriori. Así que empezamos a recorrer este sector complicado en busca de las salas que buscábamos y por fin después de varias dudas dimos con "El Jardí" a las 2 horas y 15 minutos desde la "Sala P 50" quedándonos sorprendidos por su belleza, observando lo que parecen ser vegetales que salen del suelo y donde poder observar en techo y paredes rincones con filamentos de Aragonito increíbles, lástima que muchos de ellos estén fracturados o deslucidos por el polvo que depositamos todos aquellos que nos acercamos a contemplar estas maravillas. Desde aquí y en 20 minutos más llegamos a la "Sala Blanca" que a mi entender es de una belleza superior a la anterior, donde la profusión por doquier del Aragonito nos hace pensar en la nieve, observando una ventana idónea para inmortalizar una instantánea. En este punto una correcta rehidratación y algo de comida nos repuso, gastando mucho tiempo en realizar fotografías sorprendiéndonos una tras otra de lo fotogénico del lugar y de la disparidad y sin igual de las formaciones allí presentes.
No queríamos marchar pero sabíamos que el cansancio empezaba a hacer mella y debíamos volver, así que sin más dilación como si de "Hansel Y Gretel" se tratase fuimos recogiendo nuestras miguitas de color que nos hicieron avanzar seguros y sin ánimo de dudas, dándonos cuenta de que había sido una decisión más que acertada, pues inclusive con estas marcas y todo hubo algún momento de tener que mirárnoslo. Llegados a la conexión Este, decidimos que la "Sala de les Mil Maravilles" podía esperar, dado que esta cavidad bien merece otra visita y con el resultado fotográfico que llevábamos ya estábamos más que contentos, así que directos a la salida, no sin alguna paradita para recuperar al cuerpo magullado y dolorido. Una vez fuera bocanada de aire fresco que nos parece bendito y de nuevo el ruido de los automóviles nos devuelve a la realidad tras haber permanecido bajo tierra alrededor de unas 9 horas, ya solo nos queda desandar el camino de aproximación y volver a la comodidad del asiento del coche que ciertamente tanto nuestras posaderas como las lumbares están deseando de descansar en él. En resumen una salida inolvidable, que nos hace descubrir un rincón subterráneo único que debemos de respetar al máximo y donde debemos de movernos con mucha cautela.
Saludos.
Ver mapa más grande
No hay comentarios:
Publicar un comentario