Cualquier excusa es buena para
salir con las nenas al monte y que mejor opción que la de proponer una ruta
tranquila después de ingerir una buena “calçotada” por su sitio…….para bajar la
tripa.
El restaurante elegido fue “Can
Lloses”, en la urbanización Can Lloses/ Can Marcer de Sant Pere de Ribes, donde
los citados los preparan con esmero y saber hacer.
Y después del buen ágape… a
buscar el inicio de la ruta.
Para ello, acudimos al sector de
escalada que estamos frecuentando últimamente, que no es otro que
“Les Penyes
de Can Marcer”, tal y como se detalla en “Posts” anteriores.
Desde el parking habitual, junto
a una casa, ya podemos observar un cartel de madera indicador de la “Cova Negra”
siguiendo el GR 92.4.
La ruta se inicia por la senda
que sale junto al citado cartel y que recorre la “Riera de Jafre”, primero lo
hace por su margen derecho y al cabo de un rato lo aborda por el lecho de está
y cruza a la otra vertiente.
El camino es fácil y plano para
las
niñas, lo que facilita el poder ir dialogando de que nos vamos a encontrar
en la boca de la cavidad.
Poco a poco vamos siguiendo la
indicación de otros postes de madera con información, hasta llegar a una zona
donde deambulamos observando marcas azules de flechas y puntos en las rocas,
señal de que andamos cerca.
Nos queda sortear una pequeña
subidita por un sendero a izquierdas paralelo al lecho y tras volver a él, ya
vemos en la lejanía la boca apareciendo entre la vegetación.
En total hemos tardado entre parones
para mirar la vegetación y demás menesteres unos 20- 30 minutos.
A mis niñas la idea de volver a
explorar una cavidad les atrae enormemente y por tanto me cuesta hacerles
entender que solo es una misión de reconocimiento, que vendremos en otra ocasión
a ver las maravillas que alberga su interior bien preparados, con luz y
parafernalia.
La cavidad tiene una entrada fotogénica
y un recorrido de 69 metros siendo su interior bastante pulido y con escasa
formación de concreción, aunque esto no es excusa ninguna para no volver.
Tras las fotos de rigor y dejar
correr un poco la imaginación, desandamos el camino de nuevo hasta el coche,
imaginando y deseando que llegue el próximo fin de semana para internarnos.
Saludos.
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