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TORRENT DE LA VALLMALA O SANTA MARÍA- MONTSERRAT

El siguiente torrente Montserratino, es tal vez el de mayor longitud del macizo que se pueda descender, pues con casi tres kilómetros de longitud total recorre desde su nacimiento cercano al "Pla dels ocells" pasando bajo el Monasterio y continuando por terreno donde en la actualidad sobrevuela el "Aeri" hasta finalizar en la carretera C-55, junto a la estación de éste y el rio Llobregat. Esta aventura esta enfocada desde la mira de la práctica de Barranquismo seco, aunque buena parte del mismo se puede hacer a la inversa es decir ascendiéndolo pues está equipado con cable de vida, grapas metálicas y cadenas, conociéndose como la ruta Fuensanta. Como digo en la actualidad, debido a la regulación efectuada en el 2008, el descenso rondará entre 1,2-1,5 kilómetros y solo permite su descenso del tramo final desde el funicular de la "Santa Cova" y para su acceso tenemos varias opciones, la nuestra fue la siguiente. Primeramente debemos de acceder al Monasterio por el camino que mejor nos convenga, una vez en él, para ganar tiempo accedemos al interior del recinto, recogiendo el ticket que posteriormente tendremos que abonar y continuamos andando dirección a la plaza principal, sin llegar a ella, pues a la izquierda pasado una especie de puente metálico con vistas al barranco que vamos a descender y junto al cremallera de "Sant Joan", salen unas escaleras descendentes que nos llevan por el GR-96 dirección a la "Santa Cova". Bajaremos unas cuantas escaleras y pasando junto a la estación superior del teleférico, continuamos descendiendo por lo que se conoce como el "Camí del Rosari", donde vemos diferentes vías de escalada en el trayecto que por su rápido acercamiento, son una opción para pasar una mañana, dejamos un desvió a la izquierda y continuamos descendiendo por más escaleras por la derecha hasta llegar a una curva y una especie de placita donde vemos una caseta correspondiente también al funicular y donde vemos una baranda de troncos de madera donde en la izquierda un fuerte árbol, alberga una instalación para rapelar, encontrando cable de vida y otra cuerda fijada para salvar una badina repleta de agua fecal, mal oliente y asquerosa que debemos de evitar por todos los medios ni siquiera rozarla ni nosotros ni las cuerdas. En un primer momento con nuestro descenso lo logramos, pero al recuperar cuerda una punta se nos mojo, ¡para que contaros!,¡Que asco! Una especie de aceite impregno la parte que se mojo y daba asco continuar descendiendo con ella, pero ya no había solución, para eso esta la cuerda fija instalada, para que no haya recuperación de cuerda y la posibilidad de que se moje, ¡usarla por Dios!, no hagáis como nosotros. Bueno tras ese incidente, continuamos con más rapeles que salvan zonas con restos de una antigua canalización que debía de llevar todos los desechos del Restaurante y Monasterio y que con las Riadas del 2000 se fracturó, quedando restos
de tubos, hierros, plasticos y trozos por doquier, así que por si fuera poco, no cortaros o pincharos con nada. Tal y como lo estoy pintando, ciertamente más de uno de vosotros dirá pues vaya sufrimiento para un barranco seco, y no vais desencaminados, pero desde luego esto desde el sofá de mi casa no se sabe, así que lo cuento por lo menos para ser realista y que luego vosotros decidáis, pues realmente el terreno es de autentica aventura, pues si os gusta salvar vegetación que os dejará marcados, perder el camino una y otra vez e improvisar no os defraudará, aunque hay que reconocer que es un descenso para coleccionistas.. En fin continuo con la descripción, al poco llegamos a un rapel muy estético donde se encadena otro en una especie de balcón y que nos animan un poco, enlazando varios más cortos no superando 20 metros ninguno de ellos. Continuamos salvando zarzas y ortigas pues el barranco esta en plan salvaje muy vestido, así que las tijeras de podar son una buena opción si queréis hacerlo. Vamos desgrimpando bloques y haciendo pequeños destrepes en una zona cerrada hasta que de golpe se nos abre nuevamente entrando en la zona de los rapeles más largos un 30 metros que nos deleitará y tras bajar en oposición un pasillo, realizamos un curioso rapel a través de la oquedad que deja un árbol caído y la roca y alguno más de menor entidad. La alegría dura poco, pues en nada se vuelve a cerrar y más destrepes por caos de bloques, incluso pasamos una gatera, nos entretendrán hasta llegar a una zona muy abierta donde es bien seguro que veamos circular las cestas del funicular con sorprendidos turistas haciendo fotos, y superamos este tramo con cadenas, cable de vida y alguna grapa evitando resbalar en las zonas más pulidas y que llevan un fino curso de agua, bajando una terraza tras otra con piedra suelta y descompuesta en puntos concretos. Volvemos a la vegetación y un par de rapeles encadenados muy bonitos con una pequeña badina ésta si limpia, nos dejan ya en la parte final zona que como comentaba es como una Vía ferrata y se puede ascender fácilmente y en nuestro caso evitar los rapeles y bajar forzando un poco, donde de nuevo la vegetación esta ya más salvable y nos deja en una Bauma preciosa donde poder practicar escalada de bloque y siguiendo el sendero en pocos minutos aparecemos en la carretera para ir a la derecha hasta encontrar la estación tras cruzar un puente sobre el rio, y tomar una cesta que nos sube por donde hemos descendido pero desde los aires claro está y nos da una visión más aérea de que hemos hecho. Una aventura que nos deja indiferentes aunque seguramente desde la distancia en la memoria nos juegue una mala pasada y creamos haber pasado menos vicisitudes de las que hemos vivido pero como digo "para coger peces hay que mojarse el culo". En total unas 5 horas cansadas…, pues aunque no lo puede parecer tanto la tecnicidad del mismo como los obstáculos con este calor agotan al más pintado. Saludos.

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