Fue Luis XIV el "Rey Sol" el cual necesitado de madera para sus navíos de la armada, decidió mandar excavar a pico y pala unas 8000 toneladas de roca descolgándose desde lo alto para poder realizar este singular paso y acceder a los altos valles donde poder talar y extraer enormes y rectos abetos, que eran arrastrados por el ganado por este desfiladero hasta llegar a "Etsaut" donde eran ya transportados por agua hasta "Baiona".
Partiendo de territorio Español debemos de cruzar el túnel de Somport y continuar por la N-134 pasando varias localidades durante unos cuantos kilómetros. Como punto de referencia observaremos a derecha el "Fort du Portalet", atalaya defensiva construida como reten de soldados para proteger los posibles ataques de tropas invasoras, al igual que ocurre con la "Torre de Fusileros" en el lado contrario de la frontera, acabando esta primera convertido años después en prisión y a día de hoy se haya únicamente destinada como monumento histórico a ser visitada por turistas.
Poco después de esta fortificación ya observamos desde la carretera la roca que vamos a recorrer y estando atentos unas curvas más siguiendo la marcha, a la derecha observamos un cartel informativo que nos marca la ruta que vamos a hacer, junto a un parking donde poder dejar nuestro vehículo.
Desde este primer parking sale una carretera asfaltada que nos lleva hasta una curva con un segundo estacionamiento, donde aparecen carteles a derecha, que nos marcan destino.
Nuestra opción fue aparcar en el primer parking y caminar tranquilamente disfrutando del fluir de las aguas de un torrente cercano, de la flora de los márgenes que embellece el entorno y de las abundantes mariposas que sobrevuelan revoloteando nuestros pasos, calentando motores para que las niñas se acostumbren.
Este recorrido se puede hacer de forma circular empleando unos 10 kilómetros aproximadamente siguiendo en parte las señales del GR-10, o algo más encaminado a ir con chiquitines que es la opción de realizar una distancia aproximada de algo más de 3 kilómetros, marchando y volviendo por el mismo itinerario.
La ruta excavada en la roca oscila alrededor de 1’2 kilómetros y aunque carece de peligro, debemos de estar atentos ciento por ciento a los menores pues en un despiste podemos sufrir un accidente fatal, ya que en más de un punto el camino no sobrepasa los 3 metros de anchura y debido a que el firme está esculpido como se ha comentado en la roca, deberemos de llevar calzado apropiado de montaña y mirar donde se pisa pues los traspiés son fáciles de dar.
En el inicio de la marcha desde el segundo estacionamiento recorreremos un sendero ascendente donde poder ver grandes babosas de tonalidades diferentes, junto a una casa rural, que tiene unos muros de piedra que rodean su perímetro donde los helechos tapizan los huecos entre ellas y donde encontramos la muda de piel de una "Víbora", divisándola más tarde en un punto cercano tomando el sol, así que ¡prudencia!.
El sendero hace una curva algo más tarde con vistas del fuerte que esta situado en la vertiente orográfica opuesta y se interna en la parte más bonita.
Prever abundante agua y protección para mitigar el fuerte sol que azota durante toda la ruta, que como agravante se hace en subida y hasta casi el final de la misma donde demos la vuelta no hallaremos una sombra.
El punto que identificaremos para iniciar el retorno será las granjas "Perry" que están tras salir del camino rocoso e internarnos brevemente en un bosque continuando la tónica de subida por el mismo sendero y dejando recto el camino que nos lleva hacía la ruta circular y hacía los lagos de "Ayous" en el Parque Natural veremos a izquierda casi ocultas estas edificaciones donde descansar un rato y tras admirar las vistas, volver.
Hemos empleado en total en la ruta unas 4 horas de ida y vuelta, disfrutando tranquilamente, empapándonos de la historia del lugar, del paisaje y con suerte de que salvo otra pareja con la que nos cruzamos estábamos solos.
Saludos.
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